Más de 15.000 camiones se vieron afectados de manera directa en Reino Unido por del cierre repentino de las fronteras con Francia por la aparición de una nueva cepa de COVID-19 en el país. Si bien esta situación se prolongó por un periodo ligeramente superior a las 48 horas, por entonces las instalaciones del puerto de Dover y del Eurotunnel, así como sus accesos, se habían convertido en una auténtica ‘ratonera’ en la que miles de transportistas españoles y del resto de Europa quedaron atrapados.
Aunque desde el miércoles por la mañana la frontera entre Reino Unido y Francia está abierta, la necesidad de que todos los transportistas tuvieran una prueba PCR o de antígenos negativa para cruzar el Canal de la Mancha ha ralentizado en gran medida el flujo de camiones que llegan al continente en ferry o a través del Eurotunnel. De hecho, al ritmo actual de salida de camiones que se está produciendo por la deficiente logística del Gobierno de Reino Unido, muchos transportistas no llegarán a España o a sus países de origen hasta después de Nochevieja.
La difícil situación que se ha vivido en la región de Kent con miles de transportistas atrapados está por lo tanto lejos de solucionarse. De hecho, muchos conductores profesionales empiezan a asumir que tampoco podrán pasar la Nochevieja con sus familias ya que aún no han logrado superar el Canal de La Mancha y el viaje de retorno hasta España u otros países de la Unión Europea es de al menos 3 días, incluso con las normativas de tiempo de conducción y descanso flexibilizadas en Bélgica, Francia y España.
Por si la situación no fuera lo suficientemente grave, FENADISMER ha compoobado que, durante los primeros días tras el cierre de fronterizo, el servicio ferroviario Eurostar que opera a través del Eurotunnel está funcionado por debajo del 50% de su capacidad, en algunos casos con dos servicios a la hora cuando en condiciones normales hay hasta 7 servicios. Esta situación está provocando de nuevo grandes colas de camiones en Calais, ya que los transportistas deben esperar hasta 10 horas para poder embarcar en uno de los trenes lanzaderas.