La Unión Europea ha trabajado en distintas vías para aminorar los efectos del ‘Brexit’ en todos sus Estados miembro. Sin embargo, hay distintos mercados que por su situación geográfica o sus vínculos comerciales con Reino Unido están sufriendo de manera especial los cambios que ha generado la nueva situación. Es el caso de Irlanda, Chipre o Malta, países que tienen una alta dependencia de los suministros de medicamentos procedentes de Reino Unido.
Las instituciones de la Unión Europea han activado una serie de medidas con el objetivo de garantizar el correcto suministro de medicamentos, tanto a corto como a largo plazo, desde Reino Unido a Irlanda del Norte. A su vez, también se han buscado soluciones a los eventuales problemas de suministro que puede haber de este tipo de productos en Irlanda, Chipre y Malta al tratarse de mercados que históricamente han dependido en una gran medida de entregas y suministro de medicamentos desde Reino Unido.
Con esto en mente, la Unión Europea ha decidido actuar para mantener la base de la cadena de suministro, la solidez del transporte y el acceso a los medicamentos de estos países para que sus sistemas sanitarios funcionen sin problema. De hecho, el trabajo de Bruselas en este aspecto forma parte del paquete de medidas de largo alcance que la Comisión Europea ya propuso en octubre de 2021 para responder a las dificultades que se están experimentando con el ‘Brexit’.
En este sentido, la Unión Europea ha establecido una excepción temporal para Irlanda, Chipre y Malta para que puedan obtener medicamentos de Reino Unido en caso de necesidad, si bien se ha programado un calendario a tres años vista -31 de diciembre de 2024- para eliminar estas excepciones de forma progresiva para reducir la dependencia de sus mercados nacionales del suministro de medicamentos desde Reino Unido. En paralelo, se revisará la legislación farmacéutica de la Unión Europea para ofrecer soluciones estructurales a largo plazo.