La Asociación Europea de Transportistas (UETR) ha expresado su profunda preocupación por la decisión del pleno del Parlamento Europeo de incluir el transporte y los edificios en el nuevo Régimen de Comercio de Emisiones (ETS II). La inclusión a partir de 2024 del transporte en este modelo supone un duro revés para el sector al no existir vehículos libres de emisiones con la capacidad para cumplir con los requerimientos actuales del transporte de mercancías por carretera, circunstancia a la que hay que sumar la falta de una infraestructura adecuada.

El sector del transporte de mercancías por carretera tiene graves problemas en la actualidad con el incremento descontrolado del precio del combustible y de la energía. No parece el momento adecuado para someter a las empresas de transporte a nuevas exigencias, más si cabe cuando han demostrado ejercer un papel vital en el correcto funcionamiento de la Unión Europea y de todos sus Estados miembro. Sin las condiciones adecuadas, la inclusión del transporte en el ETS II no va a ayudar a la descarbonización de la actividad.

En este sentido, UETR insta a Bruselas a definir pasos intermedios, sin poner todos los huevos en la cesta de la descarbonización directa con vehículos eléctricos o de pila de combustible de hidrógeno. De hecho, la organización señala que hay una importante preocupación entre las empresas de transporte al no poder confiar en los combustibles alternativos -sintéticos o biocombustibles- para poder hacer esta transición hacia una actividad libre de emisiones de forma paulatina y acorde a las necesidades del sector.

Por ello, UETR recuerda que la Unión Europea debe priorizar de manera realista la aceleración del pleno desarrollo de la infraestructura de combustibles alternativos. Cualquier posible inclusión del transporte por carretera en el Régimen de Comercio de Emisiones necesita como requisito previo esencial el pleno despliegue de dicha infraestructura, ya que entonces no será una transición ecológica viable y exitosa para las empresas del sector, en un escenario en el que la incertidumbre ya de por sí es muy alta.