El sector del transporte de mercancías por carretera tiene varios problemas que casi parecen ir ligados al ADN de la actividad. En este punto, las tareas de carga y descarga están en el punto de mira, en primer lugar, por la inexistencia de una ley que impida que esta labor sea llevada a cabo por los conductores profesionales. Sin embargo, también se dan situaciones complicadas incluso si los chóferes no llevan a cabo la carga y descarga por las interminables esperas que tienen que asumir en determinados centros logísticos y de alimentación.
La organización de los cargadores, empresas receptoras, clientes y plataformas alimenticias deja mucho que desear y al final los grandes perjudicados son los conductores profesionales y a las empresas transportistas. Las largas esperas que tienen que asumir los chóferes para que se lleven a cabo las tareas de carga y descarga afectan a la organización interna de transportistas y empresas, con el consiguiente aumento de los costes de producción y la necesidad incluso de aumentar la flota de transporte para responder a la demanda existente.
Dentro de las solicitudes del CNTC solicita al Gobierno para desconvocar el paro del 20, 21 y 22 de diciembre no sólo se encuentra la creación de una ley que prohíba la carga y descarga para los chóferes profesionales, sino que dignifique la profesión de los conductores ante los abusos que sufren diariamente por parte de los clientes, especialmente por parte de las grandes cadenas de alimentación. Y es que en muchos casos tras conducir 10 horas diarias se obliga a los conductores a realizar las labores de carga y descarga o, en el mejor de los casos, se les hace esperar en los muelles durante horas.
Algunos conductores han denunciado que en ciertos casos la espera en los muelles de carga y descarga de algunas de las grandes cadenas de alimentación se prolonga hasta las cinco horas. Una demora inadmisible que además sirve de espejo, ya que la actuación de estos grandes grupos empresariales provoca una mimetización del resto del sector, por lo que otros centros de carga y descarga también descuidan la atención y el trato a los transportistas. De hecho, el tiempo medio de espera, al que hay que sumar el dedicado a la carga y descarga, se sitúa en la mayoría de plataformas entre las dos y tres horas.