La llegada de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura parece inevitable, toda vez que el Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible (MITMS) va a afrontar la esperada modificación del reglamento de masas y dimensiones, certificando así el compromiso que se adquirió con el sector. Los cargadores son los que están más interesados en tramitar con carácter de urgencia esta nueva normativa, pero desde el sector del transporte de mercancías por carretera se pide cierta prudencia en su desarrollo.
En concreto, la Asociación de Transportistas Autónomos (ATA) ha pedido a los responsables del Ministerio de Transportes que huyan de las prisas en la negociación de la regulación de las masas y dimensiones de los camiones. Entre otras cosas porque la llegada de los camiones de 44 toneladas y 4,5 toneladas de peso harán perder competitividad tanto a los transportistas autónomos como a las pequeñas empresas de transporte por no poder asumir la renovación de su flota de igual forma que las grandes compañías.
Desde ATA reconocen que las reuniones en las que participaron los miembros del Comité Nacional de Transporte por Carretera (CNTC) deben ser reactivadas tras el proceso electoral y la nueva composición del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible porque existe un compromiso adquirido por ambas partes, pero de igual forma piden que estas reuniones sirvan para encontrar un punto de consenso válido para todo el sector transporte y que nadie quede fuera de su aplicación porque un gran número de transportistas pueden caer en una situación de pérdida de competitividad.
En consecuencia, ATA muestra su disconformidad con las prisas trasladadas por los cargadores, entendiendo que una nueva realidad de gran calado para el transporte debe ser consensuada por todas las partes. Se debe buscar así elementos que no perjudiquen abiertamente a una parte del colectivo frente a otras, en especial cuando la realidad del transporte en nuestro país determina que más del 70% de las empresas son autónomos o pequeñas empresas. Por ende, la llegada de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura debe ser paulatina para reducir su impacto.