El transporte de mercancías por carretera mantiene su actividad durante el mes de julio en medio de un escenario de pura incertidumbre. A las cuestiones ligadas de manera intrínseca al propio desarrollo del sector se suman la incertidumbre política generada por las Elecciones Generales, sin que esté muy claro qué fuerza política va a gobernar y qué medidas se pueden tomar en torno al transporte y la movilidad, como es el caso del pago por uso de las autovías.
Una de las grandes preocupaciones del sector del transporte de mercancías por carretera es qué va a pasar en los próximos meses en el ámbito legislativo y político. A nivel nacional no está claro qué va a suceder con el Gobierno, por lo que tampoco se puede confirmar que el nuevo Ejecutivo vaya a mantener la agenda de trabajo negociada con el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC). Por su parte, a nivel europeo sigue coleando la directiva de pesos y dimensiones que permitirá el uso de camiones de 44 toneladas de MMA.
Más allá del ámbito político, el precio del combustible vuelve a ser una preocupación seria para el sector el transporte profesional. Aunque el importe por litro del Diésel y de la gasolina está por debajo de los precios que se registraron al inicio de la guerra de Ucrania, la tendencia al alza en su precio se mantiene durante el último mes, sin previsión de que este aumento en el precio del Diésel y la gasolina se vaya a detener en las próximas semanas.
Dentro de este escenario de incertidumbre, uno de los pocos datos positivos para el sector es que el Régimen Sancionador ligado al transporte para hacer cumplir la Ley de Morosidad está funcionando y los plazos de pago poco a poco se ajustan a lo que dicta la norma. La morosidad grave se ha reducido de forma notable, aunque todavía queda camino por andar. Sobre todo porque la actividad sigue siendo compleja, ya que los costes del transporte profesional crecen a mayor ritmo que los precios de los servicios prestados.