La Asociación Europea de Almacenaje Frigorífico y Logística (ECSLA) solicita a las autoridades españolas y europeas medidas concretas para garantizar el abastecimiento de alimentos transportados y almacenados a temperatura controlada. Las grandes voces del sector solicitan que, con el objetivo de asegurar el abastecimiento de este tipo de productos, las autoridades deberían considerar el transporte frigorífico como un servicio esencial durante el Estado de Alarma. No obstante, los productos refrigerados y congelados suponen una alternativa real a otro tipo de productos alimenticios.
La Asociación de Explotaciones Frigoríficas, Logística y Distribución de España (ALDEFE) se ha unido a la petición del organismo europeo de revisar la actividad del transporte frigorífico -y su almacenamiento- como una actividad esencial durante el Estado de Alarma provocado por la crisis derivada de la pandemia de COVID-19. No obstante, el almacenamiento y transporte a temperatura controlada asegura que una gran horquilla de alimentos lleguen en condiciones óptimas a los consumidores durante este estado de emergencia sanitaria.
La actividad diaria del sector del transporte a temperatura controlada ofrece a los usuarios una gran cantidad de alimentos frescos -perecederos- y congelados, con la ventaja de tener una gigantesca capacidad de almacenamiento de frutas, verduras, carnes, pescados, leche y productos lácteos y otros alimentos congelados. No obstante, se calcula que en toda Europa hay una capacidad de almacenaje frigorífico que alcanza los 60 millones de metros cúbicos. Por su parte, en España hay unos 10 millones de metros cúbicos de espacios destinado al almacenaje de productos a temperatura controlada.
Por esta razón, ECSLA y ALDEFE solicitan que se reconozca el sector logístico de temperatura controlada como un servicio crítico, garantizando el rápido cruce fronterizo de los camiones refrigerados utilizando los denominados ‘carriles verdes’ destinados a transportes que se han tachado de esenciales. A su vez, piden que se suspenda de forma temporal la normativa de tiempos de conducción y descanso, así como las restricciones en las horas de entrega. El objetivo final es asegurar y mejorar la cadena de suministro de alimentos perecederos y congelados.