El estudio de los principales emisores de partículas contaminantes de carbono de la Unión Europea revela que la naviera Mediterranean Shipping Company (MSC) ocupa el séptimo lugar en el ranking, superando a Ryanair y dos centrales eléctricas de Alemania y Polonia en el ‘top 10’. Mientras que el transporte de mercancías por carretera se mantiene al margen de este listado, la presencia de MSC pone de relieve la importancia de que el transporte marítimo sí forme parte del sistema de comercio de emisiones de la Unión Europea ya que existe gran impunidad para el sector.

La inclusión del transporte marítimo en el mercado de carbono de la Unión Europea es uno de los temas de debate en el Parlamento Europeo. De hecho, esta semana se va a producir una votación en torno al posible inicio de un proceso que lleve a regular el impacto climático del transporte marítimo. Y es que mientras que el sector energético o incluso el sector del transporte de mercancías por carretera están reduciendo sus emisiones año tras año, la contaminación del transporte marítimo se mantiene intacta.

Una de las premisas es que exista un sistema que controle el transporte marítimo que, lejos de estar a merced de las tendencias de comercio mundial, controle las emisiones de los navíos y se pague según la contaminación que generen. Este dinero siempre deberá ser reinvertido en I+D o programas que fomenten la compra de barcos más limpios, tal y como se hace con los vehículos pesados dedicados al transporte de mercancías por carretera. No obstante, el transporte marítimo actualmente no paga nada por su huella de carbono.

Una situación del todo inadmisible, más cuando el transporte marítimo europeo pagaría unas siete veces menos por sus emisiones que los camiones, ya que el gravamen es mucho mayor a través de los impuestos directos sobre le combustible. Por este motivo, es de vital importancia que el Acuerdo Verde de la Unión Europea incluya los buques en el mercado de carbono. Para tal fin, se debe aplicar un baremo acorde a los estándares de emisiones de CO2 que se aplican cuando los buques están en operación.