El sector del transporte frigorífico viene desde hace demasiados días sufriendo el ataque plagado de mentiras, suposiciones y sandeces de una “revista” que curiosamente vive del sector y de quienes viven del mismo (las marcas). De esa “revista” y del Secretario General de la sección de transportes del CCOO, que vienen publicando su opinión hacia lo que puede ser el primer convenio nacional de la especialidad, que no conocen, ni la “revista”, ni ellos.
En este país gusta hablar de lo que no se conoce, pontificando, como catedráticos de barra de bar. Y eso es lo que hacen, y lo que son, tanto uno como otro.
Empecemos por la Representatividad, esa que se atribuye o se da. Quien conoce la representatividad de nadie en un convenio del que desconoce su ámbito funcional. Resulta estúpido sumar unos números que se desconocen. Mucho más si lo que se trata es de extrapolar los datos del Comité a la representatividad negociadora, porque nada tienen que ver. Pues eso es lo que hacen “periodista” y sindicalista: sumar peras y manzanas sin saber siquiera ni cuántas peras, ni cuántas manzanas tienen.
Y así sin saber que se pacta ni para cuántos se pacta se pontifica, por unos para justificar que no sienten para pactar mejoras para sus afiliados, en lugar de seguir justificando la deslocalización interna en España; y por otro para satisfacer su particular inquina personal.
De este último no nos extraña que boicotee avances para los trabajadores ya que lo único que le interesa es bajar al barrizal. Pero de los otros, no se entiende que no se alineen a favor de los trabajadores y que solo les interese satisfacer a la patronal de las provinciales.
CCOO lleva años bloqueando cualquier atisbo de acuerdo que se pueda conseguir la vuelta a casa del conductor, lleva años bloqueando la modificación de 1561 para que se derogue el topaje de las horas de presencia que tendría como efecto poder llevar dos conductores asalariados españoles en la misma cabina para realizar el viaje con lo que se ha privado a mucha gente de un puesto de trabajo y a las empresas españolas de poder competir en igualdad de condiciones con las del resto de Europa, pues el topaje sólo se da en España.
Y ahora se convierte en el adalid de la negociación provincial, esa que garantiza que se mantengan los salarios de Cuenca que al parecer tanto les gustan para los conductores. Con razón tiene delegados en los almacenes y no en los camiones. A este paso, el Sindicato del Whatsapp les ganará la partida de esa representatividad que van dando y quitando.