Grecia está enfrentándose a la peor tragedia ferroviaria del país tras el accidente en la ciudad de Larisa entre un tren de pasajeros y uno de mercancías que circulaban por la misma vía en el recorrido entre Atenas y Tesalónica. Al menos 36 personas han perdido la vida y decenas han resultado heridas en este accidente que, según las primeras investigaciones, se ha producido por un error en la distribución de los trenes, provocando que el tren de pasajeros se haya desviado al carril equivocado por donde circulaba el tren de carga.
Pese a que las investigaciones preliminares han provocado la detención del jefe de la estación de Larisa por lo que podría haber sido una negligencia, el hombre de 59 años asegura que no ha sido el caso y ha culpado del accidente a un posible fallo técnico. Una situación que a buen seguro será esclarecida, pero que ha puesto en duda el diseño de este recorrido y la idoneidad del tráfico simultáneo de trenes de pasajeros y mercancías en esta ruta.
Aunque los sindicatos ferroviarios y de trabajadores del sector han señalado la falta de medios y de mantenimiento como causa casi segura del accidente, el debate sobre el funcionamiento del modelo de tráfico de mercancías en ferrocarril en Grecia ha ido en aumento, llegando a todos los rincones de Europa. Incluso en España hay voces que vinculan este trágico suceso con el desarrollo que puede tener en un futuro el Corredor Mediterráneo, sobre todo porque el tráfico de trenes de mercancía convivirá con otro tipo de convoyes en un futuro próximo.
Mientras distintas fuerzas empujan para que el Corredor Mediterráneo sea una realidad, pese a que su ejecución está acumulando retrasos y amenaza con un colapso previo a su estreno, hay voces que señalan que no habría que poner todos los huevos en la misma cesta y que el Corredor Mediterráneo debe ser complemento del transporte de mercancías por carretera y base para un transporte intermodal, no la única solución para la conexión del litoral mediterráneo con Europa, más si cabe cuando el modelo de gestión no está del todo claro.