No es ningún secreto que el sector del transporte de mercancías por carretera tiene una serie de graves problemas intrínsecos a la actividad, siendo quizá el más preocupante la falta de chóferes profesionales y el envejecimiento de los conductores en activo sin que exista un claro relevo generacional. Una circunstancia que no es casual, ya que la profesión goza de escaso atractivo por las condiciones laborales y económicas que padecen los chóferes profesionales y los largos periodos que hay que estar lejos del hogar en el desarrollo de la profesión.
En este sentido, el sindicato europeo ITF junto a FNV han hecho un estudio de campo visitando varios estacionamientos de camiones en el área de Karlsruhe (Alemania), por ser esta región un punto de paso de algunas de las rutas de transporte de mercancías por carretera con mayor volumen de camiones. Y lo observado demuestra una vez más que las condiciones de trabajo de los conductores profesionales dejan mucho que desear, sobre todo si se trata de chóferes procedentes de Europa del Este y de lejos de las fronteras de la Unión Europea.
Cada vez son más los conductores ucranianos, bielorrusos, kazajos, uzbekos y moldavos que están a cargo de camiones con matrículas de Polonia, Lituania y Hungría. En la mayoría de los casos los sueldos que reciben no superan los 70 euros al día por conducir en Europa occidental de cuatro a ocho semanas sin descanso. Duermen en la cabina del camión todo el tiempo, incluido en los descansos semanales. Las empresas de Europa del Este están abriendo bases y sucursales en Alemania para seguir llevando a cabo estas prácticas, pagando el salario mínimo legal, pero sin pagar horas extras entre otras cosas.
En este sentido, los sindicatos europeos señalan que Alemania se está convirtiendo en un gran epicentro del ‘dumping social’ dentro del sector, ya que los salarios que marca la ley son más bajos que en Francia, los Países Bajos o Dinamarca. Sin embargo, los chóferes operan en estos países cumpliendo la ley de manera relativa, ya que estas empresas eluden las inspecciones y llevan a sus conductores a dormir en la cabina del camión. Además, hay varios países en los que las condiciones en los almacenes tampoco son las adecuadas, lo que precariza todavía más el sector.