Todo el sector del transporte de mercancías por carretera suspira por la entrada en vigor de la nueva Ley de Morosidad en el transporte, incluso si el régimen sancionador está lejos de lo que se podía esperar. Sin embargo, el Senado parece no tener especial prisa en dar validez a la nueva norma y ha decidido alagar hasta septiembre el plazo habilitado para presentar enmiendas a la Ley de la Morosidad. Con esta decisión, las empresas del sector transporte ven como se disipa la opción de un trámite y aprobación rápido.

Aunque las primeras previsiones indicaban que la aprobación del proyecto de Ley que permite la modificación de la LOTT y, por extensión, la Ley de Morosidad en el transporte, iba a ser un trámite rápido, la realidad existente es muy distinta. Con la decisión del Senado de alargar el plazo para la presentación de alegaciones hasta septiembre, la cámara de representación ahoga cualquier opción de una rápida tramitación. De hecho, está previsto que la ley se pueda aprobar para su puesto en marcha a mediados de octubre.

Aunque la modificación de la LOTT en materia de morosidad en el ámbito del transporte de mercancías tuvo un rápido trámite en el Congreso de los Diputados, la velocidad en su tránsito por el Senado será mucho menor. De hecho, el plazo de enmiendas y propuestas de veto que terminaba este 28 de junio ha sido alargado hasta el 3 de septiembre, lo que con el periodo vacacional de por medio augura que no va tener una pronta resolución. Tanto es así que, si se cumplen los plazos, la tramitación del proyecto legislativo se alargará hasta el 16 de octubre.

Incluso si el régimen sancionador aplicado en la modificación de la LOTT se queda lejos de lo esperado por el sector del transporte de mercancías por carretera, con sanciones menos duras de lo previsto, los plazos que se manejan ahora suponen un duro revés para el sector. De hecho, las empresas y profesionales autónomos necesitan la puesta en marcha de la nueva ley para que se controle de manera más efectiva la morosidad, toda vez que supone una lacra para el desarrollo de la actividad.