El sector del transporte de mercancías por carretera de Francia vive un escenario en el que se encuentra y se siente olvidado por el Gobierno. Muchos son los frentes abiertos contra el Ejecutivo y el último está vinculado con la pandemia de COVID-19. No obstante, los sindicatos de transporte están pidiendo la reapertura de los establecimientos de hostelería que son utilizados de forma habitual por los chóferes para cubrir sus necesidades básicas en sus paradas en carretera. Mientras tanto, el Ejecutivo de Emmanuel Macron guarda silencio.
El transporte francés está viviendo la misma realidad que se ha dado en otros países de toda Europa. Con la llegada de la pandemia de COVID-19, los chóferes se convirtieron en auténticos ‘héroes’ por mantener la cadena de suministro y el abastecimiento de productos de primera necesidad. Sin embargo, estos ‘héroes’ han caído en el ostracismo con la segunda ola de la pandemia. Sin que los establecimientos de hostelería de carretera estén abiertos, los conductores no tienen acceso a comida decente, un lugar de descanso ni a unas instalaciones en las que asearse.
Ante esta situación, las organizaciones sindicales que representan a los chóferes y entre las que figuran CGT, CFTC, FO y CFFT han pedido la reapertura inmediata de los conocidos como Restaurantes Relais. Estos establecimientos son los que ofrecen a los profesionales que se dedican al transporte de mercancías por carretera servicios de catering, estacionamiento e instalaciones sanitarias dignas. Una petición que si no es escuchada por el Ejecutivo llevará al sector transporte a organizar protestas que podrían llevarse a cabo durante la próxima semana.
Patrick Blaise, secretario general de CFDT ha mostrado el hartazgo del sector transporte: «Hoy en las carreteras sólo hay sándwiches envueltos en celofán. En las rutas nacionales todavía hay algunos establecimientos abiertos que ofrecen bandejas de comida fría. Según se acerca el invierno, los chóferes tienen que comer frío, en sus vehículos, sin acceso a instalaciones sanitarias y sin el espíritu familiar que se da en estos negocios. Es inaceptable porque estos relés se han adaptado bajo estrictas medidas sanitarias. Esto ya es una cuestión de dignidad humana con los conductores«.