El diario británico ‘The Guardian’ ha desvelado las prácticas que llevan a cabo las operadoras que trabajan para Amazon en toda Europa, denunciando que estas obligarían a manipular los tacógrafos para cumplir con los requisitos de la gigantesca multinacional. Además, el citado periódico explica que los conductores, muchos de ellos provenientes de Europa del Este, son obligados a superar las horas de conducción autorizadas en una clara violación de la legislación de la Unión Europea en materias de tiempos de conducción y descanso.
Según el trabajo de investigación de ‘The Guardian’, algunas de las operadoras que trabajan para Amazon estarían realizando todo tipo de irregularidades con el fin de mantener el ritmo impuesto por el gigante de las ventas online. Tres conductores de Europa del Este empleados por transportistas que realizan entregas en toda Europa en nombre de Amazon han sido los encargados de desvelar las prácticas utilizadas. Estos chóferes de origen ucraniano, uzbeko y bielorruso han contado con todo lujo de detalles las condiciones a las que se han visto sometidos en el desarrollo de su trabajo.
En el testimonio de estos conductores se puede leer como las operadoras realizaban todo tipo de manipulaciones en el tacógrafo, además de incumplir las regulaciones en materia de tiempos de conducción y descanso. Los tres empleados coinciden en que se han visto forzados a manipular los tacógrafos para adaptarlos a la normativa europea y su teórico cumplimiento. Además, los tres también reportan retrasos en los pagos, algo que contrasta con la teórica política de pago que mantiene Amazon con las empresas de logística y transporte ajenas a la compañía.
En el artículo de ‘The Guardian’ no se desvela la identidad de estos conductores, si bien sí que se señala la labor de un operador concreto. Se trata de la compañía lituana de transportes Hegelmann, con una flota de 700 vehículos pesados. Según los conductores, esta compañía les obligaba a trabajar en el oeste de Europa con contratos lituanos, que están peor pagados que los que tienen los transportistas locales de los países en los que desarrollaban su labor. Ante esta situación, Amazon ha asegurado no tener conocimiento de estas prácticas y valora rescindir los contratos con la compañía lituana.