La invasión rusa de Ucrania ha cambiado por completo el escenario del sector del transporte de mercancías por carretera en toda Europa. A raíz de este conflicto, las empresas rusas y bielorrusas han sido apartadas de la actividad y ambos países han quedado fuera de la Red Transeuropeo de Transporte (Red TEN-T). Esto ha dibujado una frontera insalvable, con las empresas rusas viviendo en una permanente escasez -clientes, vehículos o repuestos- y las compañías del resto de Europa sufriendo por el aumento del precio del combustible.
Mirando al transporte ruso, las compañías del país han visto como sus servicios internacionales se han reducido a la mínima expresión al estar vetadas en la Unión Europea. Esta situación ha provocado una escasez gigantesca de clientes, pero también de empleos, vehículos nuevos de largo recorrido, repuestos o incluso consumibles y materiales básicos. El último ejemplo es la enorme falta de tarjetas electrónicas de tacógrafo. Una circunstancia que ha obligado al Gobierno de Rusia a tomar medidas para solucionar este problema a corto plazo.
La suspensión de entregas al mercado ruso ha afectado a la recepción de chips y la producción de tarjetas de tacógrafo se ha visto reducida o en muchos casos paralizada. Si bien durante los últimos meses se ha usado el stock existente, el uso de tarjetas electrónicas para el tacógrafo ahora es inviable. Por este motivo, el Ministerio de Transportes de Rusia ha suspendido la obligación de usar la tarjeta del tacógrafo. Una excepción válida desde esta semana para todos los conductores profesionales de vehículos con tacógrafo digital que no puedan obtener una nueva tarjeta.
Pese a que no se utilicen tarjetas electrónicas para los tacógrafos digitales, los conductores están obligados a cumplir con los tiempos de conducción y descanso, periodos de trabajo que deben estar documentados en impresiones que deben ir acompañada de los datos del chófer y su firma manuscrita. Este sistema de impresión tendría que ser aprobado por las autoridades extranjeras para la realización de servicios internacionales, algo que no parece que vaya a suceder y que paralizar la actividad de cualquier conductor de servicios internacionales cuya tarjeta haya caducado.