Rusia ha decidido mantener su actitud beligerante contra la Unión Europea, lo que se traduce en una extensión de su política de embargo a los alimentos procedentes de Europa. En este aspecto, Vladímir Putin como presidente de Rusia ha extendido el decreto presidencial que confirma el veto a los alimentos europeos hasta el 31 de diciembre de 2021 como respuesta a las sanciones impuestas por la Unión Europea y los Estados Unidos por la actuación rusa en su conflicto contra Ucrania.
Rusia no va a frenar sus pretensiones revanchistas contra la Unión Europea por los procesos y sanciones asociadas al conflicto de Rusia y Ucrania. A corto plazo, el punto de fuerza que tiene el Gobierno de Vladímir Putin es extender el veto a los productos alimenticios procedentes de Europa. Y así lo ha decretado con una nueva orden que extiende por un año este veo, hasta el 31 de diciembre de 2021. Un decreto presidencial que además ha sido anunciado horas antes del inicio de la cumbre del G-20, con el valor añadido que eso tiene dentro de la economía global.
Dejando a un lado el pulso político y todas las implicaciones que se suscriben detrás, el veto a los alimentos europeos tiene en España uno de sus grandes damnificados. De hecho, España es uno de los principales exportadores de frutas y hortalizas frescas de toda Europa, por lo que el veto ruso hace que los agricultores y empresas españolas pierdan su principal mercado extracomunitario. Cabe recordar en este aspecto que los alimentos afectados por el veto son los productos lácteos, cárnicos, pescado, frutas y verduras, así como subproductos animales y cerdos vivos.
La política proteccionista de Vladímir Putin en su pulso con las grandes potencias no es una novedad. De hecho, Rusia inicio estos movimientos de bloqueos a productos de Estados Unidos, Australia, Noruega y Canadá. En 2015 sumó los productos procedentes de Albania, Montenegro, Islandia y Liechenstein, mientras que en 2016 sumó a esta lista a Ucrania. Con el conflicto entre Rusia y Ucrania y la anexión de Crimea de trasfondo, no reconocida por la Unión Europea por la intervención de separatistas prorrusos, la Unión Europea al completo ha sido el objetivo de estos vetos.