Los resultados de 2023 no fueron buenos y la tendencia en los primeros compases del ejercicio no son mejores. Renfe Mercancías ha iniciado 2024 en la misma dinámica negativa en la que se ha movido en los últimos meses. Una senda de pérdida de volumen de tráfico que ya mostró el año pasado y que refleja la situación del operador ferroviario público. En concreto, entre enero y marzo, Renfe Mercancías ha movido 1.071 millones de toneladas-kilómetro, cifra que refleja esta grave tendencia a la baja.
De hecho, este dato supone una caída del 11,6% en el tráfico total, a lo que hay que sumar la también caía de casi el 20% en el tráfico intermodal, en el que se alcanzaron la 407 toneladas-kilómetro durante el primer trimestre. Un pinchazo en toda regla en los tres primeros meses del ejercicio respecto a los datos de 2023 que todavía tiene una arista más, también bastante negativa, toda vez que el tráfico en vagón completo alcanzó los 666 millones de toneladas-kilómetro, con una caída en este caso del 5,5%.
Tan significativos como los datos generales es el hecho de que esta tendencia negativa está presente tanto en los movimientos nacionales como en los servicios internacionales. En este sentido, Renfe Mercancías ha alcanzado los 937 millones de toneladas-kilómetro en los movimientos domésticos, cifra que supone una caída del 11,9% respecto al primer trimestre de 2023. Por su parte, en las conexiones internacionales el tráfico ha sido de 135 millones de toneladas-kilómetro, lo que dibuja un retroceso del 9,47%.
Cabe recordar que Renfe Mercancías cerró el ejercicio 2023 con un tráfico total de 4.383 millones de toneladas-kilómetro, lo que ya supuso una notable caída del 20,21% respecto al año anterior. Una situación que poco se refiere cuando se intenta imponer el transporte intermodal a toda costa o se proponen incentivos para un transporte ferroviario que a la vista está no es solución. Al menos en lo que respecta a Renfe Mercancías, las cuentas no salen, incluso si está en negociaciones con MSC (Medlog -Medway-).