Los objetivos de la Unión Europea y del Gobierno de España para la transición ecológica hacia un sector del transporte de mercancías por carretera libre de emisiones han sido definidos. Un escenario en el que todos los actores caminan hacia un mismo objetivo, pero en el que hay riesgos de dejar a parte del sector atrás. De hecho, Pymes y transportistas autónomos son un segmento especialmente vulnerable a la hora de asumir la costosa renovación de la flota de vehículos en el camino hacia la electrificación.

En esta línea, las pymes y transportistas autónomos piden un periodo transitorio claro para la electrificación de la flota, así como un programa de ayudas para asumir los elevados costes que se dibujan. La incertidumbre que existe entre los actores más débiles -y numerosos- del sector del transporte de mercancías por carretera ante la electrificación del transporte es muy grande. La incapacidad de disponer de una tecnología alternativa suficientemente accesible a nivel económico es un punto de fractura dentro del sector que puede ser muy grave.

En este aspecto, la Federación Nacional de Transporte por Carretera (Fetransa) estima que la prohibición de utilizar vehículos Diésel e híbrido en 2035 supone una muestra clara del poco conocimiento de la clase política sobre el sector transporte. Desde la organización empresarial se estima que los objetivos marcados dibujan una gran incertidumbre entre los fabricantes y los usuarios, sobre todo entre los transportistas autónomos, ante la inexistencia de fuentes de propulsión alternativas que sean además suficientemente accesibles a nivel económico a la hora de renovar por completo el parque de vehículos.

Esta incapacidad de disponer de una tecnología accesible y otros problemas como los tiempos de recarga, el peso de las baterías, la escasa autonomía o la insuficiente infraestructura crean un escenario en el que se puede dar un envejecimiento de la flota actual de vehículos de transporte al paralizarse la renovación por la incertidumbre que genera la situación. Ante una situación que puede ser inasumible para la mayoría de los profesionales del sector, Fetransa reclama un periodo de transición claro que ofrezca garantías al transportista para el acceso a vehículos eléctricos.