El VII Congreso y XLVI Asamblea General de ATFRIE ha sido un completo y rotundo éxito. Los grandes representantes del sector del transporte de mercancías por carretera, así como del segmento del transporte a temperatura dirigida han tratado algunas de las cuestiones que afectan a la actividad, así como los problemas que siguen atenazando al sector. La situación de los conductores profesionales, las masas y dimensiones de los camiones, la inflación y el coste del combustible y los convenios colectivos del transporte, entre los temas puestos encima de la mesa.

Durante la primera jornada el foco el presidente de ATFRIE, Don José María Arnedo, junto a Don Juan José Gil (FENADISMER), Don Carmelo González (presidente CNTC), Don Carlos Prades (FVET), Don Ovidio de la Roza (ASETRA – CETM), entre otras personalidades, han analizado la situación de los conductores profesionales de camión, la escasez de los mismos, el régimen fiscal de módulos, la adoptación de los camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de alto y la agenda de la transición ecológica, además de la inanición por parte del Gobierno a la hora de recuperar las ayudas perdidas.

También durante el evento que se ha celebrado en el Huerto de Santa María ha habido un amplio capítulo para el ámbito socio-laboral del sector. Con Don Juan José Gil (FENADISMER), Don Carmelo González (presidente CNTC), Don Carlos Prades (FVET), Don Ovidio de la Roza (ASETRA – CETM), Don Oleg Kamberski (IRU) y el vicepresidente de ATFRIE, Don Pedro Conejero a la cabeza, se han analizado los problemas de acceso al sector, pero también en el abandono de la actividad y con los 52 convenios colectivos existentes en España, siendo necesario un cambio a un modelo general con un solo convenio.

Otros muchos temas se han tratado a lo largo de las dos jornadas de en un VII Congreso y XLVI Asamblea General de ATFRIE que si algo ha dejado patente es que el transporte profesional y má concretamente el segmento del transporte frigorífico está más unido que nunca en busca de unas condiciones laborales, sociales y económicas justas. Eso pasa por dignificar de una vez por todas la profesión de conductor profesional, pero también por recibir la atención por parte de la Administración que ahora se le está negando al sector.