El sector del transporte de mercancías por carretera ha registrado un peligroso y preocupante aumento de los ataques contra camiones estacionados en Alemania, tendencia que también se puede aplicar a otros muchos países de la Unión Europea. Las bandas organizadas que buscan sustraer la carga están desarrollando nuevos sistemas para comprobar el tipo de mercancia y si esta puede ser interesante en el mercado negro para ejecutar golpes en los que incluso atacan a los conductores que están dormidos para intentar proteger la carga de sus camiones.

El método habitual pasa por rajar la lona y comprobar el contenido, aunque es cierto que estas bandas apuntan a casi cualquier tipo de mercancía hoy en día. Antiguamente los ladrones atacaban en mayor medida a los camiones que estaban cargados de tabaco o de productos electrónicos de consumo. Sin embargo, hoy toda mercancía es válida. De hecho, la sustracción de la mercancía de camiones en Alemania está valorado en 1.300 millones de euros al año, cifra que crece hasta los 8.200 millones en toda la Unión Europea.

Sólo en Alemania se producen unos 25.000 robos al año, a los que hay que sumar los casos que quedan en intento y que no se denuncian ante la necesidad de los transportistas de seguir con sus servicios. Sin embargo, esto no sucede sólo en Alemania y hay robos a lo largo y ancho de toda Europa. De hecho, en 2020 se produjo un pico de sustracciones coincidiendo con la fase más crítica del coronavirus, siendo quizá el punto culmen de esta tendencia el golpe que se dio contra un camión en Santiago de Compostela en el que se robaron mascarillas faciales por valor de cinco millones de euros.

El crecimiento de la actividad delictiva contra el sector transporte se puede entender desde un buen número de puntos de vista. La crisis económica agudiza la necesidad dentro de un marco en el que la logística y el transporte está recuperando el pulso tras meses de inactividad. A esto hay que sumar el pobre equipamiento de los camiones y de los conductores a la hora de proteger su mercancía. Sin duda, una tormenta perfecta que promete con arrasar algunas de las rutas de referencia dentro de la logística europea.