El ejercicio 2024 no ha comenzado con buen pie ni para el transporte profesional ni para los conductores particulares. Tras comenzar el año con la primera subida de precio del Diésel y la gasolina en más de tres meses, el precio del combustible ha entrado en una espiral al alza. Ya son cinco semanas consecutivas las que el precio del Diésel ha subido. En esta ocasión ha sido más de un 2%, reafirmando la dinámica en los precios del Diésel y la gasolina que se puede mantener a corto plazo.
En concreto, el precio del Diésel ha alcanzado de media los 1,558 euros por litro, una cifra que supone un 2,03% más que hace una pasada. Por su parte, la gasolina también se ha encarecido hasta alcanzar de media los 1,598 euros por litro, lo que supone en este caso un aumento de su precio del 1,65% respecto a hace siete días, siempre según los datos del Boletín Petrolero de la Unión Europea. De poco sirve las bajadas de precio que se dieron a finales de 2023 a estas alturas.
Aunque es cierto que durante el último trimestre de 2023 el precio del combustible se redujo entre un 13 y un 15%, la actual espiral al alza en sus precios ha provocado que el precio del Diésel esté muy por encima del precio que había cuando se desató la Guerra de Ucrania, una comparativa en el que el precio de litro de gasolina vuelva a estar a los niveles que había a finales de febrero de 2022 con el inicio de la invasión rusa.
Lejos en ambos casos de los precios máximos que se registraron en verano de ese año, pero con unos valores que empiezan a ser muy preocupantes de nuevo. De hecho, el transporte de mercancías por carretera empieza a temer que esta dinámica se alargue, ya que, dentro del escenario actual de una débil demanda de servicios de transporte, tener que soportar un aumento descontrolado del precio del Diésel puede ser insostenible, por mucho que existan fórmulas correctoras para repercutir estas subidas a los clientes.