El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) han diseñado un plan de actuación para intentar reducir la siniestralidad en la autopista AP-7. Entre las medidas tomadas hay diferentes campañas de control y reducción de la velocidad. Para dar forma a este plan, los dos organismos han acordado actuar en cuatro áreas de la autopista que suma un total de 82 kilómetros y que, por desgracia, son las secciones en las que se producen más accidentes con víctimas mortales.
Estas nuevas medidas que van encaminadas tanto a reducir la siniestralidad como el volumen de las congestiones se aplicarán en primer término en el tramo entre Fornells de la Selva y Cervià de Ter, en la provincia de Girona. En este tramo se destinará el cuarto carril para la entrada y salida de vehículos entre Girona Sur y Norte. La velocidad de este carril se limitará a 80 km/h. Se estima que esto provocará una ordenación del tráfico y una disminución de las colisiones por alcance.
El segundo tramo en este plan de control es el comprendido entre Mollet y Papiol, en la región del Vallès. Se reducirá la velocidad de todos los vehículos a 100 km/h y el Servicio Catalán de Tráfico realizará controles de velocidad y se instalará un sistema de velocidad variable en este tramo de 30 kilómetros. Por su parte, en el tramo entra Altafulla y Constantí, en Tarragona, se instalará un radar de tramo en sentido sur para frenar el exceso de velocidad recurrente en este tramo recto y fuerte pendiente.
Por último, en el tramo entre Calafat y l’Ampolla, en la región de Tierras del Ebro, se reducirá la velocidad de todos los vehículos a 100 km/h. Además, en este tramo de 25 kilómetros se mantendrá el actual modelo de limitaciones puntuales a los vehículos pesados que consiste en la reducción de la velocidad para los camiones a 80 km/h y la prohibición para este tipo de vehículos de realizar adelantamientos, quedando así obligados a circular de manera exclusiva por el carril derecho.