El Paquete de Movilidad ha estado desde su entrada en vigor entre dos tierras. Y es que las medidas contra el ‘dumping’ social, para regular el cabotaje o el retorno de los conductores y los camiones a su país de origen ha contado con la oposición frontal de los países de Europa del Este. Una cruzada en la que los sindicatos europeos han vuelto a salir en defensa de esta normativa, todo en un escenario crítico en el que Bélgica también se ha colocado en contra de la normativa, aunque sólo del texto referido al cabotaje.
De hecho, la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF por sus siglas en inglés) ha solicitado que el sector asuma de una vez el Paquete de Movilidad, pase página y que una vez que la normativa está aprobada se asuma. De hecho, ETF apuesta por una intensificación de su aplicación ya que considera que no es el momento de cuestionar las nuevas reglas. En este aspecto, se indica la profunda indignación ante los intentos continuos de atacar el Paquete de Movilidad, pese a que ofrece un compromiso equilibrado tras largas negociaciones de las instituciones europeas.
ETF se coloca en contra de la ofensiva llevada a cabo por siete Estados miembro de la Unión Europea, con un total de quince demandas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea contra la normativa, al entender que el texto juega un papel eficaz contra el ‘dumping’ social y la competencia desleal. Una postura que no comparten por ejemplo desde Bélgica, ya que los transportistas flamencos se consideran ‘atrapados’ por la nueva regulación del cabotaje.
Cientos de transportistas belgas realizan labores de cabotaje en Francia, pero con la nueva normativa se ven obligados a abandonar el país durante al menos cuatro días después de límite de servicios de cabotaje. Aunque Bélgica no pone en duda el Paquete de Movilidad al completo, si que ha interpuesto una demanda para cambiar la norma del cabotaje junto a Malta. Desde el sector transporte belga se pide modificar el ‘periodo de enfriamiento’ tras el fin del cabotaje al tener que abandonar Francia durante cuatro días. Sin embargo, ni en este punto hay consenso dentro del sector en Bélgica.