La tercera ola de la pandemia de COVID-19 está llevando a la instauración de restricciones más y más severas para intentar frenar el volumen de contagios. Ante la grave situación sanitaria que atraviesa Europa, varios Estados miembro de la Unión Europea han cerrado su territorio de forma perimetral o han restringido la movilidad de forma más dura. Una situación que por desgracia ya está afectando de manera directa al transporte de mercancías por carretera por la exigencia de diferentes medidas sanitarias de control.
En este escenario, Alemania es el país que ha impuesto medidas más estrictas ya que todas las restricciones aplicadas no incluyen exenciones, por lo que son aplicables a los transportistas profesionales. En este aspecto, el Gobierno germano obliga a realizar un registro digital y tener una prueba PCR con resultado negativo para los transportistas que hayan estado durante los 10 días anteriores en un país de alta incidencia de COVID-19 como es España si su estancia en Alemania va a ser superior a las 24 horas. En caso de duración inferior, basta con el registro digital.
Con una política similar a la adoptada por Alemania esta semana, Bélgica también ha establecido restricciones para entrar en el país, incluyendo la necesidad de presentar un test PCR negativo. Las autoridades belgas han diseñado el concepto de viajes esenciales por cuestiones laborales, entre los que se incluyen los servicios de transporte de mercancías por carretera. Para los transportistas será necesario presentar un certificado de desplazamiento, si bien por el momento no están sujetos a someterse a ningún tipo de cuarentena ni de tener un test PCR negativo.
Ante los movimientos y decisiones de Alemania y Bélgica, no es descartable que en próximos días otros Estados miembro de la Unión Europea adopten medidas similares ante los efectos cada vez más severos de la tercera ola de la pandemia de COVID-19. Una situación en la que se vuelve a caer en los errores que se produjeron durante el inicio de la crisis sanitaria, ya que no hay ningún tipo de criterio común a la hora de actuar. Una circunstancia que complica en gran medida el normal desarrollo del transporte de mercancías por carretera.