El Gobierno de Italia ha impuesto nuevos requisitos para la entrada y permanencia según el origen del visitante. Esta nueva medida que afecta a todos los ciudadanos que hayan estado en los últimos 14 días en España, Croacia, Grecia y Malta deberán acreditar una prueba negativa en COVID-19 realizada en las 72 horas anteriores a su ingreso en el país o, de forma alternativa, someterse a una prueba molecular o antigénica. Si bien existe una exención a la norma para los profesionales del transporte, estos tendrán que cumplir con otras medidas.

De manera general, toda persona que quiera entrar o permanecer en Italia después de haber estado o transitado en el periodo de los anteriores 14 días por los territorios de España, Croacia, Grecia y Malta deberán aportar una prueba PCR de COVID-19 negativa que se haya realizado en el periodo de 72 horas previo al ingreso en Italia. De forma alternativa, los ciudadanos que así lo deseen podrán someterse a una prueba molecular o antigénica para comprobar que no están infectados por coronavirus.

Los conductores profesionales dedicados al transporte de mercancías por carretera internacional están exentos de cumplimiento de este requisito, si bien el Ejecutivo italiano ha pautado una serie de medidas concretas para el sector. De esta forma, los chóferes deberán demostrar que entran en Italia por motivos laborales a través de una documentación acreditativa, como puede ser la carta de porte CMR. A su vez, deberán completar una autodeclaración -disponible en varios idiomas- antes de ingresar en Italia dentro de las funciones propias de la labor que están realizando.

Se dibuja así como principal novedad que los conductores profesionales tendrán un periodo de permanencia máximo en Italia. En este aspecto, el Gobierno transalpino ha tomado la decisión de limitar la permanencia en el país de los conductores profesionales a un máximo de 120 horas, cifra que se reduce a 36 horas en caso de estar en tránsito. Una vez superado este tiempo, los chóferes están obligados a abandonar el país o acogerse a las medidas estándar del resto de ciudadanos, algo que pasa por entrar en cuarentena.