Los últimos días de 2021 están siendo bastante convulsos para el transporte de mercancías por carretera. Bien es cierto que la situación ha cambiado mucho respecto a hace un año cuando los camiones se agolpaban en las fronteras con Reino Unido ante la inminente entrada en vigor del ‘Brexit’. Sin embargo, la actividad se enfrenta a otros problemas como la inmigración ilegal, con distintos episodios violentos en la última semana contra conductores profesionales en Francia. La situación es realmente tensa y los transportistas piden soluciones.
Francia es uno de los países con mayor tráfico de vehículos de transporte de toda Europa. Su condición de puerta de Reino Unido y de ruta habitual entre España, Portugal y el Norte de África hacia el resto de Europa hacen que sus 12.000 kilómetros de autopistas sean escenario propicio para los inmigrantes ilegales a la hora de colarse en los más de 460 millones de camiones que recorren el país a lo largo del año. Las autoridades francesas no tienen la capacidad de evitar los asaltos de inmigrantes ilegales a transportistas con el fin de colarse en sus camiones.
Esta misma semana se han publicado los vídeos de dos ‘ataques’ de inmigrantes para subir al remolque de camiones. En uno de ellos, el conductor se da cuenta de las intenciones de estas personas y toca el claxon para evitar el asalto. Lejos de conseguirlo, los inmigrantes lanzan piedras contra el vehículo mientras suben al remolque. Una situación que por desgracia no es nueva, con episodios más o menos violentos en Dunkerque y Calais de forma recurrente, siendo los transportistas los que al final acaban siendo agredidos.
De hecho, los inmigrantes ilegales que intentan llegar desde Francia a Reino Unido han sido protagonistas recurrentes de actos violentos contra los conductores, incapaces de defender sus vehículos cuando son atacados en masa. De hecho, este mismo año un conductor rumano murió en un estacionamiento cercano a París en una situación que pone de relieve la indefensión de los conductores profesionales cuando los inmigrantes quieren subirse a sus camiones, sabedores además que pueden ser acusados de un delito de tráfico de personas si los inmigrantes se cuelan en los camiones y cruzan la frontera sin ser detectados.