Por todas partes, absolutamente por todas partes se está atacando al transporte por carretera y absolutamente nada hace el transporte por carretera para defenderse, salvo creerse que todo el mundo es bueno, y así le va.
Tanto es así que ya nadie le toma en serio, porque todos sus enemigos que los tiene y muchos están la creencia cierta de que el sólo se ahogará en sus propias miserias y en su incapacidad de plantar cara con armas y bagajes a sus problemas que son muchos y muy graves. Mientras ellos seguirán viviendo de todo lo que le esquilman a diario.
Sinceramente no sabemos que más le tiene que pasar para que reaccione, ya que todos los indicadores apuntan a una debacle del sector.
Seguir dejando que le sigan marcando los precios, las condiciones, y que le paguen cuando les dé la gana si quiere acceder a las migajas del trabajo de miseria que cada vez más se le ofrece, no es el mejor antídoto para resolver el problema.
Aun así es digno de estudio ver como el sector es capaz de hacer millonario a cualquiera de fuera como los de las cajas de plástico de intercambio, transportándolas a coste cero para su negocio, y se lo paguen con despachos de asesoramiento que se dedican a montar trenes frigoríficos, que directamente va a robarle el trabajo a los tontos que le han facilitado lo que tiene.
No nos vamos a extender más, pero aquí viene que ni al pelo tener en cuenta que el transporte por carretera hace su trabajo realizando kilómetros, y no es lo mismo ganar al menos un céntimo por kilómetro que perder un céntimo por kilómetro, y si todos los días se hacen miles de kilómetros.
A quien corresponda.