El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) ha publicado la distribución de la línea de ayudas destinada a mejorar la eficiencia energética del sector transporte y que también promueven la digitalización de la actividad y la transformación tecnológica de la misma. Con un presupuesto de 436 millones de euros, provenientes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno, el montante de las ayudas para proyectos que tiene el transporte por carretera como foco apenas alcanza los 23 millones de euros.
En este sentido, el MITMA ha aprobado 117 proyectos que están enfocados a la actividad del transporte de mercancías, acciones que van a ser llevados a cabo por un total de 98 empresas. Todos estos proyectos están destinados a mejorar la eficiencia de la actividad, contribuir a su digitalización y a la transformación tecnológica, entendiéndose en gran medida como la descarbonización de la actividad. La mayoría de los proyectos presentados tienen su origen en esfuerzos de empresas privadas.
Con todo, parece casi hasta ridículo que al transporte por carretera se le haya adjudicado una partida de 23 millones de euros en su totalidad. Cifra que servirá para llevar a cabo diecinueve proyectos de pavimentación sostenible, dos aparcamientos seguros para camiones con un total de 1.173 plazas, dos hidrogeneras con capacidad diaria para dieciséis vehículos y cuatro proyectos de implantación de Sistemas Inteligentes de Transportes (ITS) en 3.500 kilómetros de carreteras.
Pese a que el número de acciones y el calado de las mismas es interesante, las cifras globales de esta línea de ayudas dibujan la preferencia del Gobierno y la desigualdad reinante entre los distintos tipos de transporte. De hecho, la línea de ayudas destina 327,7 millones de euros a la descarbonización del transporte por ferrocarril. 54 millones van destinados a las actuaciones en los puertos marítimos y 17,7 millones para proyectos en aeropuertos.