El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha demostrado otra vez su falta de perspectiva y la incoherencia presente en sus decisiones al no incluir a los camiones Diésel dentro de los Planes de Ayuda para la renovación de la flota de transporte. En este aspecto, el Ministerio dibuja ayudas para la adquisición de vehículos nuevos propulsados por gas u otras energías alternativas, así como para la conversión de camiones Diésel a vehículos con sistemas duales Diésel-Gas. Sin embargo, no concederá ayudas para la adquisición de vehículos nuevos Diésel, como sí hacen otros países europeos.
Aunque la renovación de la flota del sector del transporte de mercancías por carretera español se antoja fundamental, el Ministerio de Transportes ha decidido no seguir los pasos de países como Italia o Alemania, cuyos Gobiernos han puesto en marcha Planes de Ayuda en los que no se excluye el Diésel. Una apuesta basada en la reducción de las emisiones contaminantes -hasta del 90%- de un camión Diésel Euro 6 en relación a un vehículo industrial de mayor antigüedad y que las autoridades españolas han decidido obviar.
De esta forma, el Plan de Ayudas del Ministerio de Transportes no contempla ningún tipo de incentivo por la compra de camiones Diésel nuevos, poniendo todos los huevos en la cesta de los vehículos de transporte propulsados por gas u otras energías alternativas y en la conversión de los actuales vehículos Diésel en camiones con tecnología dual Diésel-Gas. Un movimiento que puede sorprender cuando el propio Ministerio reconoce que no hay una oferta real de vehículos eléctricos y los modelos de hidrógeno están todavía en una fase muy temprana de desarrollo.
Por ende, el Plan de Ayudas parece casi limitado a vehículos propulsados por gas -GLP, GNC y GNL- y a las conversiones de camiones Diésel. Un punto este último que sí ha sido aceptado de buen grado por el sector transporte, aunque reconocen que en general el enfoque del Plan de Ayudas es erróneo ante la falta de alternativas y de infraestructuras, situación que provoca que muchos transportistas sean reacios a adquirir vehículos nuevos propulsados por gas o convertir sus unidades Diésel. Por último, el Ministerio ha trazado una línea de ayudas para el achatarramiento de vehículos antiguos sin necesidad de adquirir una nueva unidad.