La lenta y muy descompensaba expansión de los puntos de carga eléctricos para turismos y vehículos pesados que se vive en España podría ser, al menos, sinónimo de una red fiable y acorde a las necesidades de los usuarios. Nada más lejos de la realidad, ya que muchos de los puntos de carga no funcionan correctamente o recargan muy lento, a lo que se suma la casi total carencia de sistemas metrológicos en la mayoría de los puntos actuales. Tanto es así que el Ministerio de Industria ha decidido intervenir en este asunto.
De hecho, el Ministerio de Industria y Turismo tiene previsto lanzar una normativa que regule y estandarice los puntos de recarga para vehículos eléctricos en España, obligando a que estos puntos de recarga cuenten con un sistema metrológico que certifique la energía suministrada y otras cuestiones derivadas. Una medida que no es ni mucho menos improvisada, ya que el Gobierno español lleva tres años trabajando en el borrador de esta ley para impulsar la red de puntos de carga eléctricos para vehículos.
Un proceso en el que se ha trabajado codo con codo con los fabricantes de turismos y vehículos pesados, con los desarrolladores de los puntos de carga y con representantes de los consumidores y usuarios, permitiendo así encontrar las áreas clave en las que hay que estandarizar los puntos de carga. La presentación de la norma está prevista para finales de enero o principios de febrero, anticipándose así a la propuesta de la Comisión Europea en este sentido.
Eso sí, las cosas en palacio van despacio y suponiendo que la norma tenga el visto bueno de Europa se estima que no estará vigente hasta 2026. Una vez implementada, España estará en línea con Alemania como únicos países que regulan la metrología de los puntos de recarga. Una cuestión que también se pretende incorporar a los puntos de repostaje de hidrógeno de cara al futuro. En lo referente a los puntos de recarga eléctricos, la adaptación de cada punto de carga podría tener un coste superior a los 4.000 euros.