El Brexit está destinado a agravar la escasez crónica de conductores entre las empresas de transporte del Reino Unido, según un estudio de la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU).
El sector británico del transporte por carretera depende en gran medida de conductores del continente, especialmente de Europa del Este, por lo que la división política podría tener un impacto potencialmente devastador en las cadenas de suministro cruciales para tantas empresas británicas
«Si se cierra el Reino Unido a los conductores de países como Polonia y Rumania, la escasez se agravará aún más«, dijo en una entrevista el director general de la IRU, Boris Blanche. «Esto podría aumentar los costos de transporte, retrasar las entregas y reducir la flexibilidad«, advirtió.
Europa en su conjunto tiene apenas cuatro quintas partes de los chóferes que necesita, y la situación ha empeorado en los últimos dos años, según el informe basado en las respuestas de más de 400 conductores. Mientras que la edad media de los profesionales es de 44 años, esto se debe en parte a que muchos abandonan o se cambian al transporte de pasajeros, desanimados por el escaso equilibrio entre la vida laboral y personal que supone estar en la carretera durante días y en condiciones a menudo difíciles.
«Esas largas horas, combinadas con una percepción pública negativa y los impedimentos para los conductores menores de 21 años en algunos países, están dificultando la contratación de empleados y mujeres más jóvenes«, dijo Blanche. Los incentivos salariales pueden resultar contraproducentes al alentar a los chóferes a trabajar a tiempo parcial.
«Los camiones autónomos pueden ser parte de la solución, pero la tecnología puede tardar años para ganar la aceptación del público y superar las barreras legales«, indicó.
Un problema más añadido a las posibles consecuencias del Brexit y que ha sufrido un nuevo retraso del 12 de abril al 31 de octubre, tras el acuerdo alcanzado con el Reino Unido y la Unión Europea.