La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) trabaja de manera incansable para tratar de paliar la escasez de conductores profesionales de camión que vive el sector del transporte de mercancías por carretera a nivel mundial. Sin embargo, sus esfuerzos no están dando los resultados esperados. Actualmente hay más de 3 millones de puestos vacantes para chófer de camión en 36 de las principales potencias económicas mundiales y se prevé que la escasez de conductores se duplique de cara a 2028.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta el sector del transporte de mercancías por carretera es a la grave escasez de conductores profesionales de camión que existe. Situación que además empeora por la elevada edad media de los chóferes en activo. De hecho, sólo el 12% de los conductores tienen menos de 25 años de edad y sólo el 6% de los profesionales son mujeres. Un escenario en el que el 7% de las plazas vacantes para chofer de camión quedan sin cubrir en las principales potencias económicas.
Aunque el 72% del PIB mundial está ligado al transporte de mercancías, da la sensación de que los responsables políticos no se están tomando en serio esta situación. La demanda existente de conductores profesionales cada vez es mayor y aunque en 2023 esta tendencia no se ha cumplido en Europa y Estados Unidos, con una menor demanda de servicios de transporte, la disparidad entre la creciente actividad y el número de conductores cada vez es mayor. Sin medidas para atraer nuevos conductores, la situación será insostenible.
A cinco años vista, IRU pronostica que habrá más de 7 millones de puestos de camionero sin cubrir, incluidos casi 750.000 puesto en Europa (17% del total). Si en la actualidad casi el 50% de los operadores de transporte de mercancías por carretera señalan que tienen serios problemas para contratar conductores cualificados, en 2028 la situación puede ser muy grave. Además, el gremio envejece sin un relevo generacional. Sólo en China y Uzbekistán hay una proporción de conductores menores de 25 años aceptable, mientras que en Europa apenas pasa del 5%.