La ola de violentas protestas de los agricultores franceses en el sur de Francia ha provocado repetidos cortes de circulación y bloqueos en las autopistas y vías de alta capacidad de esta región. Protestas que se han extendido a lo largo del país y que incluso han logrado bloquear el acceso al Puerto de Calais. Acciones que se están repitiendo ya no sólo en Francia, sino en otros países como Alemania, Bélgica o Polonia y que ponen en jaque a la cadena de suministro por carretera.
En este sentido, el transporte de mercancías por carretera es uno de los grandes perjudicados por estas acciones violentas que están bloqueando importantes carreteras, cruces fronterizos y los accesos a importantes enclaves para la actividad. Tanto es así que, en las últimas horas, Raluca Marian como directora de IRU para la Unión Europea ha escrito una carta al Comisario Europeo de Mercado Interior para que se tomen medidas con urgencia que aseguren la libre circulación de mercancías por carretera en el continente.
De hecho, IRU ha recibido informes de transportistas profesionales que se han visto obligados a permanecer atrapados durante largos periodos de tiempo en distintas carreteras europeas, sin acceso a baños y otro tipo de instalaciones, algo que pone de manifiesto la grave falta de estacionamientos seguros para camiones. Una situación que todavía hace más necesaria la intervención de las autoridades para asegurar que el transporte por carretera como eje de la economía europea sigue en movimiento.
De no ser así, las consecuencias económicas pueden ser muy graves para la gran mayoría de los Estados miembro de la Unión Europea. Los retrasos en las entregas de los bienes por estas manifestaciones del sector agrícola están provocando un aumento de los costos operacionales del transporte, algo que tarde o temprano se va a tener que trasladar al resto de componentes de la cadena de suministro, subiendo en última instancia el precio de los productos que se transportan en camión.