La Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) lidera la petición a la Unión Europea desarrollada por los principales actores del transporte de mercancías por carretera que apuestan por la descarbonización de la actividad. IRU junto ACEA, T&E e Hydrogen Europe han solicitado al organismo europeo y a los Estados miembro que activen los resortes para crear una infraestructura de combustibles alternativos más ambiciosa con un mayor volumen de puntos de recarga eléctrica y puntos de reabastecimiento de hidrógeno.

IRU como portavoz de los operadores comerciales de transporte de mercancías por carretera ha unido fuerza con ACEA -representante de los fabricantes de vehículos, la ONG Transport & Enviroment (T&E) y la asociación de empresas Hydrogen Europe para firmar una misiva que ha sido dirigida de manera conjunta a los líderes de la Unión Europea. En esta carta no sólo se muestra la preocupación existente en el sector por la propuesta de la Comisión Europea sobre las infraestructuras de combustibles alternativos, sino se marca el camino hacia una apuesta más ambiciosa.

El principal temor de las cuatro organizaciones firmantes es que los objetivos definidos hasta ahora para las infraestructuras de combustibles alternativos no sólo sean insuficientes, sino que se diluyan durante el proceso legislativo. Por ese motivo, IRU y el resto de organizaciones piden que se apunte a objetivos más ambiciosos para el despliegue de la infraestructura de los combustibles alternativos a lo largo y ancho de todo el continente europeo. Y es que de este proyecto y de los objetivos marcados depende la transición ecológica del sector transporte.

Raluca Marian, responsable de IRU, ha señalado: «A los operadores de transporte les preocupa que los responsables políticos no den una oportunidad justa para desempeñar su papel en la descarbonización de la Unión Europea. Una infraestructura sólida de carga y abastecimiento para vehículos cero emisiones, distribuida de manera uniforme, es algo básico para hacer esta transición. Si la construcción de infraestructuras se retrasa los operadores no pueden apostar por realizar sus servicios de transporte con los nuevos vehículos que están saliendo al mercado«.