El Gobierno está trabajando en un nuevo modelo fiscal para el transporte, tal y como se desprende del texto del proyecto «España 2025. Fundamentos y propuestas para una Estrategia Nacional de largo plazo» presentado este jueves por el Ejecutivo de Pedro Sánchez. Si bien este programa tiene como objetivo garantizar la sustitución de los vehículos de combustión interna por modelos de cero emisiones, por el camino se elevará los tipos impositivos de la gasolina y el Diésel y se creará un nuevo impuesto por uso medio real del vehículo.
Dentro de los planes de acción del Gobierno pautados en este informe, uno de los puntos clave a corto plazo pasa por elevar progresivamente los tipos impositivos sobre la gasolina y el Diésel utilizado en el transporte. Una medida que en primer término se llevaría a cabo para equiparar el tipo impositivo medio del combustible en los ocho principales países de la Unión Europea, pero que también serviría para incentivar la compra de vehículos propulsados por energías alternativas como el gas, el hidrógeno o la electricidad.
De hecho, otro de los aspectos detallados en los fundamentos y propuestas de este informe es la necesidad de poner en marcha un programa intersectorial que garantice la sustitución de los vehículos de combustión interna por modelos de cero emisiones. Para tal fin, el Gobierno cree que hay que desarrollar una estrategia intersectorial que potencie el vehículo eléctrico, tanto en la fabricación del vehículo y de las baterías como en el desarrollo de infraestructuras de carga y de un programa que incentive su compra.
Con el objetivo de ajustar la fiscalidad del transporte por carretera al uso real del vehículo, el Gobierno piensa en un nuevo impuesto sobre el uso real del vehículo en sustitución de otras figuras impositivas como el impuesto de matriculación. Se busca así un modelo que pase de las actuales figuras fiscales sobre la compra, circulación y el combustible hacia un sistema que tenga en cuenta el uso medio real del vehículo a partir de sus características -peso, potencia y emisiones-.
Sin embargo, el Gobierno reconoce que el camión seguirá teniendo un rol dominante en el transporte de mercancías terrestre. En cuanto a la movilidad urbana y metropolitana, el texto habla de la necesaria optimización de la logística en el reparto de ámbito urbano. Para tal fin, se propone la creación de un marco normativa e incentivos para usar vehículos de bajas o nulas emisiones para el reparto de la última milla, haciendo algunos ajustes más en la actividad a partir de la nueva Ley de Movilidad.