El ejercicio 2022 ha comenzado con muy malas noticias para el transporte de mercancías por carretera y para los usuarios en general. Cuatro semanas consecutivas al alza en el precio de la gasolina y el Diésel han provocado un enorme agujero en los bolsillos de empresas, chóferes autónomos y para el global de la sociedad. De hecho, el precio de la gasolina se acerca cada vez más al precio récord que tuvo en septiembre de 2012, hace casi diez años. Por su parte, el Diésel no sigue un camino muy distinto.

En la última semana de enero, el precio de la gasolina ha alcanzado de media los 1,52 euros por litro, su segundo valor más alto de la historia. Por su parte, el Diésel esta ya en los 1,403 euros por litro, registrándose en niveles de 2013 según los datos recogidos por el Boletín Petrolero de la Unión Europea. Con una tendencia peligrosamente al alza, la gasolina puede superar su máximo histórico en los próximos días (1,522 euros), mientras que el Diésel sigue avanzando hacia su propio récord (1,443 euros).

La gasolina ya estuvo cerca de batir su récord de precio histórico en noviembre, pero la subida de los precios se detuvo ligeramente con la llegada de las fiestas navideñas, ya que su valor se contrajo durante cuatro semanas consecutivas. Sin embargo, con el inicio de 2022 su precio ha crecido como la espuma. Llenar un depósito de un vehículo de turismo estándar cuesta 17 euros más que hace un año para coches de gasolina y 16 euros más para vehículos Diésel.

Detrás de este incremento de precios se encuentra el encarecimiento del barril de petróleo Brent, el de referencia en Europa, así como el aumento de la demanda de carburantes que se ha dado a partir del aumento de la movilidad. De hecho, el barril de crudo Brent ha alcanzado los 90 dólares por primera vez desde octubre de 2014 por el bajo nivel de producción y las tensiones geopolíticas en Oriente Medio y en Europa del Este. Se espera además que el precio del barril  llegue por encima de los 100 dólares.