La tercera ola de la pandemia de COVID-19 está llevando a algunos de los Estados miembro de la Unión Europea a actuar de forma unilateral, repitiendo así los errores que se dieron hace casi un año. Sea como fuere, Francia ha sido el último país en sumarse a los cierres fronterizos, restringiendo el tránsito de entrada al país salvo en contadas excepciones. Aunque dentro de las mismas se encuentra el transporte de mercancías por carretera, los chóferes están viviendo largas esperas en los pasos fronterizos por el aumento de los controles.
La política de ‘cierre’ de fronteras está ganando adeptos entre los Estados miembro. Primero fue Alemania y Bélgica, posteriormente Portugal y ahora Francia. En esta línea, el Ejecutivo dirigido por Emmanuel Macron ha aprobado un Decreto válido desde el 31 de enero por el que cualquier viajero que desee entrar en Francia desde un país del área europea debe presentar una prueba PCR con resultado negativo realizada en el periodo previo de 72 horas al momento del desplazamiento. Entre las exenciones, los residentes en áreas fronterizas y los conductores profesionales.
De hecho, los chóferes de transporte de mercancías por carretera podrán entrar en Francia en el ejercicio de su actividad, aunque deberán demostrar el motivo de su viaje con un Certificado de Desplazamiento estándar elaborado por la Comisión Europea. Sin embargo, los exhaustivos controles que se están realizando en las fronteras entre Francia y España están provocando que los chóferes vean como su normal actividad se ve alterada y se retrasan en sus servicios ante el tránsito más lento en los puntos fronterizos.
Una circunstancia a tener en cuenta, ya que Francia es la auténtica puerta al resto de Europa para España. De hecho, casi la totalidad de las exportaciones nacionales al resto de países del continente atraviesan el país vecino, con un tráfico diario de más de 20.000 camiones que cruzan la frontera entre Francia y España en sus servicios a nivel internacional. Sin embargo, en los pasos fronterizos de La Junquera y de Irún están siendo testigos de retrasos en el normal tráfico de camiones por el aumento de los controles realizados por las autoridades francesas.