El transporte de mercancías por carretera se enfrenta al enorme desafío de la transformación ecológica en la Unión Europea con el objetivo de conseguir una actividad libre de emisiones. Un cambio de modelo en el que los operadores de transporte por carretera se encuentran en el centro de toda esta evolución. Sin embargo, las tecnologías para vehículos pesados a partir de combustibles alternativos y de cero emisiones, así como la infraestructura relacionada, aún está en fase embrionaria.
La transición ecológica de la próxima década en el sector transporte requerirá del esfuerzo de más de un millón de empresas del sector en la Unión Europea, compañías que tienen más de 35 millones de vehículos de los cuales unos 7 millones son camiones pesados. Un relevo generacional muy grande que debe contar con el compromiso de las empresas, pero también con los vehículos de combustible alternativo y cero emisiones en cantidad suficiente como para llevar a cabo este cambio, así como la infraestructura necesaria, operativa y a gran escala.
Si todas estas condiciones no se cumplen al mismo tiempo, los operadores de transporte no podrán adaptarse. Al final, el sector del transporte de mercancías por carretera atienda a una amplia gama de usuarios, por lo que necesita adoptar una variedad amplia de soluciones a partir de los vehículos propulsados por hidrógeno y por baterías eléctricas, pero también con vehículos que funcionan con energías renovables y biocombustibles. Mientras se llega a esta situación, se necesita una transición adecuada y flexibilidad.
Hay que tener en cuenta que la transición ecológica es realmente costosa, por lo que en un sector lleno de pequeñas y medianas empresas que manejan de media menos de cinco vehículos no se puede dar esta transformación sin el apoyo adecuado. Además de la ayuda financiera para comprar vehículos, hay que incentivar a los operadores con impuestos inteligentes, sin penalizar en exceso a los flotistas que no pueden asumir esta transición de manera inmediata.