La segunda ola de la pandemia de COVID-19 está provocando los primeros confinamientos y restricciones de movilidad, circunstancia que promete poner en jaque al sector del transporte de mercancías por carretera. Una situación que no se limita exclusivamente a la actividad de los chóferes, sino también a otras áreas como la formación. Al final, las medidas restrictivas aplicadas afectan al normal funcionamiento de los centros de formación privados por la reducción de aforo que va desde el 50% en algunas comunidades a clases de sólo 5 personas en algunos municipios de Galicia.
FENADISMER ha puesto de relieve las consecuencias nefastas para el sector de la limitación de la actividad formativa, asegurando que «por su especial repercusión para los conductores profesionales del sector transporte, teniendo en cuenta que dicha formación es imprescindible para poder continuar desarrollando su actividad profesional. Hay que tener en cuenta que los conductores profesionales cada 5 años deben actualizar obligatoriamente el CAP, lo que implica que aproximadamente unos 100.000 conductores han de ser formados cada año para el normal desarrollo de su actividad».
En esta línea, desde FENADISMER expone que la limitación del número de alumnos en los centros privados de formación por las restricciones de aforo provocará que en los próximos meses crezca de forma exponencial el número de conductores a formar según se van dando las fechas de caducidad del CAP, con o sin prórroga. Mientras tanto, el Ministerio de Transportes se ha resistido a que la formación CAP se pueda impartir de forma virtual, en una decisión ilógica que se ampara únicamente en que la normativa europea que regula este punto no tiene prevista esta situación.
Ante esta situación, los centros privados de formación están recurriendo a soluciones creativas como la creación de ‘aulas espejo’ con las que sortear los límites de aforo. De esta forma, el volumen total de chóferes a formar se divide entre varias aulas, aunque el profesor imparte el curso en una de ellas y el alumnado del resto de aulas siguen la lección por una pantalla. Ante esta situación totalmente ilógica, FENADISMER pide al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana que reconsidera su posición para permitir la formación virtual, aunque sea con carácter provisional.