El sector del transporte de mercancías por carretera en España tiene numerosos problemas a solucionar, pero pocos tienen la importancia de la flagrante escasez de chóferes profesionales y la falta de un relevo generacional adecuado para los conductores de camión. Aunque se trata de un problema global, los síntomas de esta situación ya se están haciendo notar en España. En Europa faltan más de 500.000 chóferes para cubrir las plazas vacantes, lo que está llevando a multitud de empresas a detener parte de sus camiones.

Una situación que empieza a afectar a España, no tanto por la escasez actual como por el duro escenario al que se dirige el sector. Según las estadísticas de la DGT, el 72% de los conductores profesionales de camión tienen más de 50 años. Las asociaciones de transporte señalan que esta situación de envejecimiento de los transportistas sin un relevo generacional adecuado se produce por dos grandes motivos como el estancamiento salarial -se cobraba más hace 15 años que ahora- y la nula conciliación familiar.

El coste de acceso a la profesión -en algunos casos de 4.000 euros- no ayuda a esta renovación generacional, ya que supone un desembolso excesivo para una gran parte de los jóvenes que quieren acceder a la profesión. Por si esto no fuera suficiente, la condición de sector, con un 70% de pequeñas empresas, dibuja un escenario con un bajo poder de negociación y un alto nivel de vulnerabilidad para los profesionales. Situación que se recrudece con la incertidumbre actual por la guerra de Ucrania.

Dejando a un lado estos problemas, que ya es mucho decir, el prestigio social de la profesión de transportista es muy bajo. Esto deriva en que sólo el 3% de los conductores sean mujeres y provoca que los más jóvenes no quieran dedicarse a conducir un camión. Las escenas vistas en Estados Unidos y Reino Unido, con problemas de suministro o escasez de combustible, no están tan lejos como uno puede pensar. Se necesita una actuación global y a distintos niveles para hacer que la profesión se recupere. Y no es nada fácil.