En una declaración conjunta, el Conseil d’analyse économique (CAE) de Francia y el Consejo Franco-Alemán de Expertos Económicos (FGCEE) han solicitado un «enfoque común» entre Francia y Alemania para la descarbonización del transporte de mercancías por carretera. En este contexto, los expertos apuestan de manera clara por los camiones eléctricos de batería (BET) como la tecnología clave para lograr este objetivo. ¿Pero a quién beneficia esta solicitud?
Coordinación estratégica entre Alemania y Francia
Según el documento, para acelerar la descarbonización, ambos países deberían coordinar sus estrategias, ya que «alinear sus políticas reforzaría las estrategias nacionales, mejoraría la interoperabilidad de las infraestructuras y aceleraría la armonización regulatoria en toda la UE».
El Consejo Franco-Alemán de Expertos Económicos es un organismo independiente que formula recomendaciones sobre cuestiones económicas de interés común para ambos países. Su copresidenta en Alemania es Monika Schnitzer, presidenta del Consejo Alemán de Expertos Económicos, mientras que en Francia el cargo lo ocupa Camille Landais. En el lado alemán, el documento fue firmado por cuatro de los cinco expertos, ya que Veronika Grimm, economista especializada en energía, no suscribió la declaración.
Grimm ya había rechazado un documento similar del Consejo Alemán de Expertos Económicos en 2024 y forma parte del Consejo Nacional del Hidrógeno, que promueve el desarrollo de camiones impulsados por hidrógeno (H₂) y la expansión de estaciones de servicio para este tipo de combustible.
El enfoque en los camiones eléctricos de batería
Dado que la descarbonización del transporte de mercancías es clave para alcanzar los objetivos climáticos de la UE, los expertos económicos consideran que la manera más efectiva de reducir las emisiones en el sector es enfocarse en la electrificación del transporte por carretera.
Según la declaración, «las políticas deben centrarse en los camiones eléctricos de batería (BET), ya que representan la tecnología más madura y preparada para el mercado del transporte de mercancías por carretera». Para fomentar su adopción, se recomienda que la financiación pública se utilice para acelerar el despliegue de redes de recarga rápida en los principales corredores y en depósitos privados.
Aunque existen otras tecnologías de bajas emisiones, como los camiones de pila de combustible de hidrógeno y los camiones híbridos de catenaria, los expertos consideran que su adopción a gran escala es poco probable en el corto plazo debido a obstáculos técnicos y a la falta de preparación del mercado. Por ello, proponen un «enfoque adaptativo», en el que estas tecnologías sigan siendo desarrolladas, probadas y evaluadas, pero sin destinar financiación pública a infraestructuras específicas para ellas.
En este sentido, el informe destaca: «El desarrollo financiado con fondos públicos de infraestructuras para estas alternativas tiene poco sentido en la actualidad debido a las incertidumbres existentes», lo que significa que no consideran necesario destinar recursos a estaciones de servicio de hidrógeno ni a líneas de catenaria para camiones.
El reglamento AFIR y el papel del hidrógeno
Actualmente, el reglamento europeo AFIR prevé el desarrollo simultáneo de estaciones de recarga para camiones eléctricos de batería y de infraestructuras de repostaje de hidrógeno para vehículos con pila de combustible, con el objetivo de completar este despliegue para 2030.
Sin embargo, los expertos recomiendan reevaluar este plan: «Dado que el despliegue de infraestructuras para el transporte de bajas emisiones debe coordinarse a nivel europeo, sería aconsejable reevaluar los requisitos de infraestructura de la AFIR para los combustibles alternativos y permitir flexibilidad si no se demuestra la pertinencia del hidrógeno».
Limitaciones del cambio modal hacia el ferrocarril
El informe también aborda el cambio modal del transporte de mercancías de la carretera al ferrocarril, una estrategia que suele mencionarse como clave para la descarbonización. No obstante, los expertos consideran que esta opción es limitada debido a la fragmentación y falta de interoperabilidad de la red ferroviaria europea.
Por ello, concluyen que la transición debe centrarse en sustituir los motores diésel por propulsiones limpias en el transporte por carretera, destacando a los camiones eléctricos de batería como la mejor opción.
Uno de los principales obstáculos identificados en la adopción masiva de camiones eléctricos es la disponibilidad de infraestructura de recarga. Para solventar este problema, los expertos recomiendan destinar fondos públicos a la construcción de cargadores rápidos a lo largo de las autopistas, bajo la norma de megavatios MCS, así como puntos de recarga en depósitos privados. Sin embargo, aclaran que este apoyo financiero debería limitarse únicamente a la fase inicial de crecimiento del mercado.
Además, destacan la importancia de reforzar la investigación y el desarrollo (I+D) en Europa en áreas como:
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Mejoras en el rendimiento de las baterías.
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Desarrollo de tecnologías de carga rápida.
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Sustitución de materias primas críticas utilizadas en la fabricación de baterías.
Postura de la industria automovilística alemana
En respuesta a este informe, la Asociación Alemana de la Industria del Automóvil (VDA) ha manifestado su desacuerdo con la postura de los expertos y ha defendido la importancia de una estrategia más flexible que incluya múltiples tecnologías de propulsión.
La presidenta de la VDA, Hildegard Müller, declaró: «El enfoque regulador que prioriza una sola tecnología es erróneo. Especialmente en el caso del transporte pesado, la pila de combustible, junto con la movilidad eléctrica, puede desempeñar un papel clave en la transición hacia un transporte neutro en carbono».
Según la VDA, el futuro de la movilidad sostenible debe basarse en una combinación de propulsión eléctrica con batería y tecnologías de hidrógeno, tanto para su uso en pilas de combustible como en motores de combustión de hidrógeno.