Los efectos de la pandemia de COVID-19 siguen muy presentes en el sector del transporte de mercancías por carretera. Con todo, la actividad poco a poco va recuperando el pulso a ritmo lento y con vaivenes en los precios, la capacidad de la flota, la oferta y la demanda. Pese a todo, las previsiones más optimistas señalan que el transporte de mercancías europeo tendrá la capacidad de recuperar gran parte de su actividad a lo largo de 2021, sobre todo por el empuje y crecimiento que se va a dar en los servicios internacionales.

Aunque es previsible que el transporte de mercancías por carretera no alcance los volúmenes de negocio y servicios de 2019, el crecimiento respecto al 2020 será manifiesto. De hecho, tras el impacto drástico de la pandemia de COVID-19 en el pasado ejercicio hará que la actividad del sector crezca este año un 4,7% en la comparativa anual, según las primeras estimaciones. Sin embargo, esto no significa que los efectos de la crisis sanitaria no perduren en el sector y el volumen de negocio será 1,5% menor que en 2019.

En este aspecto, el último estudio de ‘Transport Intelligence’ estima que el transporte dentro de los mercados nacionales crecerá de media un 3,9% a medida que se va recuperando la normalidad y se alivian las medidas de ‘cierre’ fronterizo y los cierres perimetrales que se están aplicando en las distintas comunidades y regiones de algunos Estados miembro. Eso significa, entre otras cosas, que los servicios nacionales de transporte por carretera tendrán un volumen 1,4% inferior a los que se registró en el último ejercicio previo a la pandemia de COVID-19.

En contraposición con estos datos, el mercado europeo de transporte internacional sufrirá un impulso aún mayor. De hecho, las estimaciones señalan que los servicios internacionales de transporte por carretera crecerán un 6,7% este año, debido, entre otras muchas cosas, a la reapertura de las fronteras de los Estados miembro a medida que avance del año. Además, los efectos de la campaña de vacunación se harán notar permitiendo que la actividad industrial y de fabricación recupere el pulso y, por extensión, el propio sector transporte.