España tiene un importante déficit de conductores profesionales de camión, al igual que otros muchos países de Europa. Con la evolución del mercado laboral en el sector del transporte y la logística la demanda es cada vez mayor, circunstancia que obliga a tomar medidas urgentes para cubrir las necesidades de la actividad. De hecho, un reciente estudio revela que el sector del transporte de mercancías por carretera español requiere de unos 15.000 conductores profesionales para poder asegurar el correcto funcionamiento de los servicios de transporte y la cadena de suministro.
Si no se ataja, esta situación no dejará de empeorar. De hecho, la elevada edad de los chóferes profesionales, la falta de atractivo del sector y el crecimiento de la demanda de transportistas en España puede provocar, según el modelo de previsión más radical, que España tenga un déficit de 40.000 conductores en sólo cinco años. No hay más que mirar los habituales portales de ofertas laborales para comprobar los problemas que tienen las empresas para encontrar profesionales del transporte con su formación correspondiente y todos los documentos en regla para su incorporación al sector.
Una realidad preocupante para Fomaster, la Asociación de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial, toda vez que esta demanda no se corresponde con el volumen de personas que está completando la formación necesaria para ejercer de conductor de vehículos profesionales. Incluso si la pandemia de COVID-19 ha servido para fomentar que parte de la formación CAP (Certificado de Aptitud Profesional) se pueda impartir online. Aunque de esta forma se consigue una formación más flexible, variada y adaptada a los alumnos, la realidad es que está lejos de ser una solución.
Fomaster trabaja para conseguir una formación que permita reciclarse a los chóferes profesionales en activo y atraer a nuevos profesionales, pero todavía hay mucho trabajo por hacer. Al final, el sector del transporte de mercancías por carretera sigue sin ser atractivo, incluso si se trata de una actividad clave para la economía nacional. Si bien representa el 5% del PIB y da trabajo a más de 500.000 personas, el envejecimiento de los transportistas profesionales -72% por encima de 50 años- y la falta de un relevo generacional suponen un quebradero de cabeza.