La Unión Europea con el respaldo de los Estados miembro empuja para lograr un cambio en la movilidad global. Tanto a nivel privado por como en el sector del transporte de mercancías por carretera se promueve una transición ecológica hacia vehículos que utilicen otras fuentes de energía y que estén libres de emisiones. Sin embargo, la realidad se aleja de los objetivos, al menos en nuestro país. De hecho, España se mantiene a la cola de Europa en el proceso hacia la electrificación de los vehículos.

El Barómetro de electromovilidad desarrollado por ANFAC, Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, señala que durante el ejercicio 2021 se deberían haber vendido entre 70.000 y 80.000 vehículos eléctricos, mientras que los puntos de recarga deberían estar ya por encima de los 28.200. Sin embargo, la penetración de los vehículos electrificados y la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público está muy lejos de alcanzar niveles de otros países. España está a la cola de la electrificación de la movilidad.

Pese a que España ha registrado durante 2021 un crecimiento de 8,9 puntos en el Barómetro de Electromovilidad de Anfac, el conjunto de los países europeos ha ganado 21,9 puntos de media, lo que coloca a muchos de ellos muy cerca del cumplimiento de los objetivos que plantea este Barómetro para 2025. Sin embargo, España está muy lejos de alcanzar el objetivo del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima de tener cinco millones de vehículos eléctricos en 2030.

En lo que respecta al pasado ejercicio, las matriculaciones de vehículos eléctricos tendrían que haber alcanzado entre las 70.000 y 80.000 unidades. Sin embargo, sólo se han vendido 65.000 unidades. Además, los puntos de recarga con acceso público apenas superan los 13.400, cifra muy alejada de los 28.240 que debería haber según los citados objetivos. Como único punto positivo, la penetración de 45,9 puntos sobre 100 del vehículo eléctrico, con una cuota de mercado casi del 8%.

Con todo, este crecimiento se hace del todo insuficiente en comparación con otros países. De hecho, Estados miembro como Portugal o Italia con un nivel similar de crecimiento a nivel de ventas y creación de infraestructuras están logrando impulsar ambos aspectos, lo que deja a España a la cola de Europa en el proceso de electrificación. Y ya no sólo es que haya un 50% menos de los puntos de recarga deseados y necesarios, es que sólo 109 son de recarga rápida y el 88% del total son de potencias iguales o inferiores a 22 kW.