En España circulan aproximadamente 180.000 vehículos eléctricos. Aunque de por sí es una cifra bastante reducida, el número de camiones y furgonetas que utilizan esta tecnología es aún menor. De hecho, los camiones y furgonetas eléctricos matriculados este año no alcanzan las 7.000 unidades, lo que coloca a España en la cola de Europa en el uso de este tipo de vehículos y hace muy complicado que nuestro país pueda cumplir con los objetivos para el año 2030 que se recogen en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
Cabe recordar que este plan expone que en 2030 debe haber al menos 5 millones de vehículos eléctricos o híbridos enchufables, con un reparto de 3 millones de turismos y 2 millones de autobuses, camiones, furgonetas y motocicletas. Cifras acordes a las exigencias que marca la Ley Climática Europea acordada por los 27 Estados miembro. Por el momento, España apenas ha matriculado 17.704 vehículos eléctricos e híbridos enchufables en este ejercicio de los 120.000 que necesitaría para cumplir con los objetivos. Ya en 2021 apenas se alcanzó el 3% del objetivo marcado.
España va con un profundo retraso en la venta y uso de este tipo de vehículos, en parte por las pocas ayudas económicas efectivas que existen, ya que el Plan MOVES III aporta una cantidad limitada y no siembre es rentable para el beneficiario de esta línea de ayudas. La crisis que hay en torno a los semiconductores, la propia crisis económica del país y la falta de una red de carga hacen que el vehículo eléctrico no termine de despegar. Su precio y autonomía tampoco ayudan demasiado.
Sólo el 3% de las ventas de vehículos comerciales corresponde a opciones eléctricas y aunque las matriculaciones van creciendo, lo hacen a un ritmo muy inferior al de otras potencias de la Unión Europea. Dato que va ligado a la ausencia de una red de recarga eficaz, puesto que España es el 10º país de la Unión Europea por número de puntos de carga -11.517-, a lo que hay que sumar que el 85% son de carga lenta.