El periodo de transición del Brexit ha entrado en su recta final y en menos de seis semanas la separación del Reino Unido y de la Unión Europea sea válida a todos los efectos. A pesar del poco margen de maniobra ya existente, sigue sin haber un acuerdo para regular el tránsito de mercancías y personas entre ambas partes. De esta forma, salvo solución de última hora, Reino Unido pasará a ser un Estado tercero ante la Unión Europea, con graves consecuencias a efectos aduaneros, tanto a nivel administrativo como económico.
La situación entre Reino Unido y la Unión Europea y la entrada en vigor del Brexit supone un auténtico quebradero de cabeza para el sector del transporte de mercancías por carretera. No obstante, al no existir un reconocimiento mutuo de los permisos y autorizaciones para realizar la actividad, el número de camiones españoles autorizados que podrán operar entre ambos países se reducirá drásticamente. Una situación que se aplicará en cada país, pero que en el caso de España reducirá de 8.000 a 800 los camiones que pueden operar en Reino Unido.
Las cuestiones que más preocupan al sector del transporte de mercancías por carretera ante la falta de acuerdo es la gestión del papeleo y burocracia aduanera. Entre otras cosas porque las empresas que deseen operar entre ambas partes deberán disponer un número de registro e identificación de operador económico (EORI), sin que sean válidos los permisos que han sido otorgados por Reino Unido, ya que dejarán de ser válidas. Además, desde el 1 de enero será necesario demostrar el carácter originario de las mercancías, pudiendo estar sujetas a posibles aranceles.
Además de aranceles, el impuesto sobre el valor añadido (IVA) se pagará en el momento de la importación desde el Reino Unido al tipo aplicable al tipo de mercancía dentro de la Unión Europea. Por si esto no fuera suficiente, las empresas de Reino Unido y la Unión Europea, así como sus trabajadores, no tendrán la libertad de establecimiento y prestación de servicios hasta ahora presente en el territorio contrario. Y a nivel concreto, los chóferes, pasajeros y trabajadores deberán cumplir con un mayor número de formalidades fronterizas como el sellado del pasaporte.
La situación que se produce con el número de identificación de operador económico (EORI) se repite con otros permisos y certificados, sin que sean válidos los emitidos en Reino Unido para desarrollar la actividad en la Unión Europea y viceversa. Así por ejemplo el certificado de competencia profesional del gestor de transporte emitido en Reino Unido dejará de ser válido en la UE, los cursos CAP de los chóferes británicos que trabajan en la Unión Europea deberán ser renovados y los permisos de conducción expedidos por Reino Unido y la UE dejarán de ser reconocidos por la parte contraria.