Un nuevo informe de la Organización Internacional del Transporte por Carretera (IRU) deja claro que el problema de la escasez de conductores profesionales de camión, autobús y autocar en Europa es mucho más grave de lo que ya de por sí queda patente. El envejecimiento del gremio, la falta de un relevo generacional claro y el aumento de la demanda de transporte dan forma a un caldo de cultivo que puede provocar una situación realmente dramática en un plazo inferior a los cinco años.
En este sentido, el abismo entre el número de nuevos conductores y los que dejan la profesión sigue creciendo rápidamente, hasta el punto de que la tasa de puestos de conductor profesional de camión vacantes alcanzará el 60% en 2026 y se multiplicará por cinco entre los conductores de autobús y autocar para alcanzar el 50%. El estudio se centra en las seis grandes economías europeas del transporte de mercancías y en las cuatro de transporte de viajeros, aunque los datos son extrapolables al resto de naciones.
Si no se toman medidas para que la profesión de conductor de camión sea más accesible y también más atractiva, Europa podría tener un déficit de más de dos millones de chóferes profesionales en 2026, lo que afectaría a la mitad de todos los servicios de transporte que se dan en Europa. Y en este sentido, la cuestión no está tanto en los salarios como en el propio acceso a la actividad y las condiciones laborales, poco atractivas para los jóvenes y para las mujeres.
Umberto de Pretto, secretario general de IRU, ha señalado al respecto: «La crisis de escasez de conductores en Europa se está acelerando rápidamente y representa una gran amenaza para el continente si no se hace nada al respecto. Los camiones transportan el 75% de la carga en Europa y el 85% de productos perecederos. Sin conductores, la economía, la movilidad social y el plan climático de Europa se paralizan. Existen soluciones, pero la industria y los Gobiernos deben trabajar juntos«.