La falta de acuerdo entre Reino Unido y la Unión Europea para regular el transporte una vez que termine el periodo de transición del Brexit convierte al mercado británico en una opción mucho menos atractiva para las empresas de logística y transporte. Las crisis que se puedan dar entre ambas partes, como la registrada por el cierre de las fronteras entre Reino Unido y Francia por la nueva cepa de COVID-19, todavía hacen más complicado el escenario para las compañías que operan habitualmente entre las Islas y el continente.

De hecho, empresas como Girteka Logistics valoran evitar Reino Unido durante un periodo de tres a seis meses para no sufrir las grandes colas que se pueden llegar a dar en las fronteras entre Reino Unido y Francia a partir del 1 de enero de 2021 si finalmente se produce la salida de Reino Unido de la Unión Europea sin acuerdo. No obstante, desde Girteka Logistics señalan que de nada sirve prepararse ante esta nueva situación si en muchos casos, sobre todo para los transportistas pequeños, no será posible llegar a territorio británico.

En este aspecto, las empresas de transporte y logística que operan de forma regular con Reino Unido señalan que un Brexit sin acuerdo supondrá una caída en los flujos de la cadena de suministro entre el continente y las Islas, sobre todo en áreas como el transporte alimentario. De hecho, se señala que el caso y la imprevisibilidad que se puede dar en los primeros meses post Brexit puede provocar que las compañías busquen otros mercados y se produzcan situaciones de cierto desabastecimiento en los comercios de Reino Unido.

Dentro de este escenario hay que entender que los chóferes pagados por kilómetro en lugar de por hora trabajada no aceptan estar atrapados durante horas en el puerto de Dover o en las instalaciones del Eurotunnel para poder cruzar el Canal de La Mancha y moverse entre Reino Unido y Francia. Y es que las colas en los pasos fronterizos prometen ser una constante, incluso si finalmente hay un acuerdo de última hora entre Reino Unido y la Unión Europea, ya que la ausencia de aranceles no está vinculada a un aumento natural de la burocracia.