El Gobierno de España debe aplicar antes del 21 de marzo de 2025 la subida del impuesto al diésel con el objetivo de equiparar su precio al de la gasolina. Esta medida, que podría entrar en vigor en plena Semana Santa, forma parte de los compromisos adquiridos con la Comisión Europea dentro del Plan de Recuperación, cuyo quinto pago está condicionado al cumplimiento de ciertas reformas económicas.

Actualmente, el gasóleo de automoción está gravado con un tipo general de 307 euros por cada 1.000 litros, mientras que la gasolina de 95 octanos paga 400,69 euros por la misma cantidad. La reforma prevista incrementará el impuesto del diésel en 9,369 céntimos por litro, lo que, sumado al IVA del 21%, elevaría el precio en aproximadamente 11,33 céntimos por litro. En términos prácticos, llenar un depósito de 50 litros costaría cerca de 6 euros más.

El sector del transporte ya ha expresado su rechazo a esta medida y ha advertido al Ministerio de Transportes de posibles movilizaciones si se aprueba por decreto ley. Aunque el incremento del impuesto no afectará a los camiones pesados que pueden acogerse al gasóleo profesional, sí impactará a transportistas autónomos con vehículos de menos de 7,5 toneladas, quienes no tienen acceso a la devolución del tributo.

Este aumento fiscal se incluyó en la negociación de los fondos europeos en 2022, pero su aplicación ha sido objeto de debate dentro del propio Gobierno y entre los actores del sector del transporte. Aunque la Comisión Europea ha otorgado a España una prórroga de tres semanas para cumplir con este y otros objetivos, la preocupación por las consecuencias económicas y sociales de la medida sigue latente.