De Llacer, por NB a Cerezuela – Editorial Transportealdia

Parece que pese a lo que dicen los maledicentes, el sector frigorífico es todo menos seguro para invertir, pues pese a tener “trabajo” no tiene los resultados que le deben de permitir seguir en el desarrollo de su actividad.

Hace unos meses este medio publicó un artículo titulado LLACER, ¿El Adiós De Uno Más?, que resultó todo un éxito de lectura, no sabemos si por regodeo de unos o por preocupación de otros, quizás todos por aquello de cuando las barbas de tu vecino veas afeitar, ve poniendo las tuyas a remojar.

Escribir aquel editorial a nosotros nos llenó de desasosiego, porque a poco que se fuera un poco sensible, se intuía lo que suponía la caída de esa empresa para el sector, no hacía falta ser muy inteligente para ver que era el principio de una larga tormenta que se cernía inmisericorde sobre el sector, tormenta que finalmente por desgracia no nos ha defraudado.

Fruto de ello de nuevo se produce la caída de otra empresa de importancia en el sector del frigorífico, tras NB, Transportes CEREZUELA, y nuevamente por las mismas circunstancias que no son otras que las económicas ya sean producidas o inducidas, pues en este país entrar en situación concursal significa la muerte y desaparición de la empresa, sin remedio alguno, aunque los que hicieron la ley pensaran lo contrario.

Nuevamente fallamos al creer en los clientes y realizar unas inversiones millonarias que sólo hacen estas empresas (las del transporte), sin un miserable contrato escrito entre las partes, que cuanto menos le aseguren a la empresa transportista inversora que va a obtener un retorno de su inversión y no se va a quedar sin trabajo, sin dinero, y sin inversión, a poco que cualquier descerebrado español o extranjero, haga bajas en sus ofertas por la prestación de servicios.

En este intervalo de tiempo, cuántas son las empresas de transporte que han caído, cuántos son los autónomos que han desaparecido, y ni unos ni otros han merecido que alguien estudie en las administraciones de las que dependen, cuales son las causas de porque tanta ruina, para poder corregir. Aunque ya nos sabemos la cantinela que es siempre la misma “el mercado”, o sea la avaricia del más fuerte.

Es curioso que en otros tiempos hombres sin estudios pero muy trabajadores, abnegados, y lanzados, pudieron hacer con mayor o menor fortuna muchas de las empresas que hoy existen. Empresas que hoy están en grave peligro, sencillamente porque todo ha cambiado, porque donde antes habían clientes, hoy sólo hay usuarios; donde antes habían posibilidades de trabajar lo que se quería, hoy sólo lo que te dejan; y donde antes podías circular a cualquier hora del día o de la noche, hoy sólo cuando no hay fiestas, vacaciones, huelgas, protestas o eventos que ocupen las carreteras. Todo eso son costes que nadie tiene nunca en cuenta, ese es uno de los graves problemas que causan esta ruina, porque el transporte no es una fábrica manufacturera.

Las cosas pintan tan mal para el sector del transporte por carretera, que sólo se piensa en su gente poder vender la empresa y desaparecer, el problema es que llegan antes las situaciones no deseadas que obligan a CERRAR.

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